¿Sabes lo que es un tabique?
Según la RAE, sería "pared delgada que separa dos piezas de la casa". Para lo que vamos a explicar también valdría pared, muro o cualquier otra construcción de este tipo, pero la palabra "tabique" resulta más llamativa. Dicho esto, imaginemos que pedimos a alguien que haga un tabique en medio del campo, así, sin otra instrucción o mensaje. Según la autoridad que tengamos sobre dicha persona, se pondrá o no hacerlo.
Esto, que nos parece un sinsentido, es lo que pasa muchas veces en el aula metafóricamente hablando. Explicamos qué es un tabique, incluso les damos las herramientas y el alumnado se pone a la práctica. A primera vista cumplimos con la justificación teórica sobre cómo se construye, con facilitarles las herramientas para su ejecución práctica y con un producto final, ¿Qué más se podría pedir?
Pues bien, y siempre desde mi punto de vista, faltaría un aspecto esencial para que se produzca aprendizaje: la motivación. "Motivación" entendida como encontrar sentido a lo que se aprende, a la funcionalidad, utilidad y significatividad. El alumnado se ha puesto a construir un tabique sin saber cuál es su función, qué sentido tiene, para qué nos va a servir... simplemente porque el maestro o maestra se lo ha dicho.
Para terminar de completar el contexto, el escenario del aprendizaje, sería necesario decirles para qué lo estamos construyendo: por ejemplo, "este tabique, junto con el resto que construiremos, formará una nueva dependencia de nuestras instalaciones para guardar material" o "Este tabique servirá para exponer carteles temáticos". Es ahí donde se producirá un auténtico aprendizaje, un aprendizaje significativo que les va a motivar porque saben para qué sirve aquello que están construyendo. De lo contrario, hacen el tabique pero tan solo porque se le ha dicho en clase que se haga, por cumplir etapas, por pasar una prueba... pero como no saben para qué sirve (o no le hemos dado utilidad), no lo utilizarán y la próxima vez su implicación será menor. Tendríamos un patio lleno de tabiques separados unos de otros (contenidos descontextualizados) o un patio con tabiques que se construyen y después se derrumban para hacer otros nuevos (tema 1, tema 2, tema 3...).
Aprendemos de lo que hacemos y por contextualización, siempre con utilidad práctica. La motivación (significatividad del aprendizaje) se verá favorecida con unas adecuadas actitudes (iniciativa, responsabilidad, participación...) que sirvan para asentar las capacidades (comunicar, reflexionar, cooperar, tener autonomía, razonar) y desarrollen el conocimiento (cómo funciona, cómo se resuelve, para que sirve...); es decir un auténtico aprendizaje competencial (combinación de conocimientos, capacidades y actitudes).
No, no les hago construir un tabique. Cada vez que comenzamos algo nuevo en clase, les digo: "Vamos a construir el tabique del sistema métrico decimal/función de nutrición/fracciones...", y en el día a día establecemos rutinas para que se acostumbren a preguntar dudas, inquietudes, aplicación en la realidad, a hacer más que a decir... a veces la clase gira hacia aquello que no teníamos programado pero porque responde a motivaciones de clase que van surgiendo. Por eso, para mí, es motivante enseñar y gratificante que aprendan.
Este es el blog personal de Antonio Sánchez Barrera (antonio.sanchez.barrera@ceiphuertaretiro.com). Maestro y Director del CEIP Huerta Retiro de Mairena del Alcor. En twitter @asanchezb74