miércoles, 15 de junio de 2011

UN PASO MÁS: "TROCEAR" EL CURRÍCULUM

En los dos últimos cursos, los centros de Mairena del Alcor dirigidos por la inspección educativa y asesorados por el CEP de Alcalá, estamos inmersos en un ambicioso plan de mejora para conseguir un adecuado, práctico y real éxito escolar, todo explicado en este blog. Si en una primera fase aplicamos la autoevaluación del profesorado y en una segunda la evaluación (derivada de las conclusiones de la primera), ahora nos planteamos un nuevo paso: la aplicación del currículum de acuerdo a niveles del alumno para conseguir que, con pequeños pasos, vayamos asegurando los mínimos en aquellos alumnos con dificultades y demos respuesta a los que tienen un ritmo de aprendizaje mayor a éstos.

Debemos contar con el nivel de partida del alumno para aplicarle actividades así como evaluación. El currículum lo debemos “trocear” de modo que vayamos consiguiendo progresos en cada uno de los alumnos según sus niveles. En este sentido establecemos 4 niveles:

Nivel 1: fase de dependencia
Nivel 2: fase de Autonomía limitada
Nivel 3: fase de Independencia
Nivel 4: fase de Interdependencia (trabajo en equipo, búsqueda de la información, debates…)
Los niveles no tienen por qué coincidir con las fases pero están muy cerca. Todo esto lo exponemos porque debemos concienciarnos de que la mejora es posible. Utilizar la evaluación formativa para que el alumno tenga experiencias de éxito, le provoquemos retroinformación. El suspenso se debe dar siempre y cuando nos hayamos cerciorado de que el alumno está capacitado para acceder a ese nivel pero no lo hace (si no es capaz de acceder a un nivel y no le adaptamos tareas en pequeños pasos, habrá suspenso seguro y que no supone retroinformación, habrá frustración). Tampoco debemos olvidar que el aprender es posible si el alumno asume su parte de responsabilidad.

Sería conveniente, por esto favorecer experiencias en los niveles 1 y 2 (hay que darles ayuda incluso en las pruebas, así sabremos en qué nivel está). Desarrollar el qué deben aprender y cómo deben aprender. Llegamos a la conclusión de que:

a) Poca ayuda y mucha exigencia = frustración
b) Poca exigencia y poca ayuda = faltaría implicación docente
c) Mucha ayuda y poca exigencia = Paternalismo
d) Mucha ayuda y mucha exigencia = Resultados óptimos

No debemos caer en el “activismo” (muchas actividades sin preocuparnos del aprendizaje que se adquiere) ni en “cobertura de programa” (lo importante es cubrir el programa, los contenidos, sin preocuparnos qué adquieren los alumnos). Debemos provocar el aprendizaje a partir de las fases citadas.

El modelo de Evaluación para el aprendizaje nos propone:

- Tener en cuenta las progresiones
- Evaluar de forma diagnóstica y con rúbricas por elementales que sean (sabemos el punto de partida y hacia dónde vamos)
- Retroinformación (proponer propuestas de mejora, referentes personalizados y no normativos, decir qué está bien y qué está mal de forma concreta y constructiva)
- Lograr implicación del alumno mediante: facilitarles objetivos, criterios, disponer de ejemplos, autoevaluación, coevaluación… conseguir planificación en la que participe el alumno (autorregulación, éxito de una buena metodología)..

Así derivan tres tipos de evaluación:

- Normativa (para alumnos en nivel 4)
- Criterial (para alumnos en nivel 3)
- Personalizada (para alumnos en nivel 1 y 2). Se daría información de progresos, no se utilizaría la calificación (evaluación sumativa) ya que no están preparados.

Concluimos, entonces, que una prueba justa no es la que es igual para todos, y que el “suficiente” no debe ser siempre un 5 sobre 10 Un “suficiente” deberá tener en cuenta el progreso del alumno aún no habiéndose conseguido el mínimo, ya que en el progreso cabe pensar que conseguirá llegar a los mínimos.

Por último, las dificultades de un alumno debemos detectarlas a partir del: saber, querer, poder. Por ejemplo, un alumno con nee, tiene las dificultades en el “poder”.

Dicho esto, llegamos a la siguiente fase en nuestro plan de mejora. Si, como se ha dicho al inicio, primero fue la autoevaluación del profesorado, después la potenciación de la evaluación formativa, ahora nos proponemos los centros de la zona lo siguiente:

Establecer niveles en el currículum oficial de forma que esté en consonancia con los cuatro niveles. Una vez hecho esto para cada área (con sus bloques), diseñar controles o pruebas de evaluación para cada nivel y área. De tal forma que tendremos un currículum para cada ciclo divido en niveles y sus respectivas pruebas.De esta forma el currículum de cada área tendrá un nivel básico, un nivel medio y un nivel avanzado (el anterior al básico será aquel en el que el alumno realiza lo básico pero con ayuda). Cada nivel con sus contenidos y sus criterios de evaluación, teniéndose en cuenta al programar y al aplicar actividades, evaluación… a cada alumno. Es una ardua tarea pero que complementa y es necesaria para poder aplicar una adecuada evaluación formativa y sumativa como se ha explicado en anteriores entradas.

Todo lo aquí expuesto es una síntesis del material proporcionado por la inspección educativa (en la persona de D. Ángel Olid) derivando en aspectos prácticos planteados por los centros de los zona de Mairena del Alcor junto con el asesoramiento del CEP de Alcalá de Guadaíra. Es de reconocer el esfuerzo que todos los implicados están llevando a cabo y creo que se debe exponer a todo aquel que alguna vez lea este humilde blog, ya sea de forma casual o intencionada, puesto que la mejora es posible y las explicadas en las diferentes entradas, con sus errores y aciertos, está siendo muy positiva y comienza a dar sus frutos.

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