domingo, 22 de septiembre de 2013

(MIS) 10 ORIENTACIONES PARA LA TAREA Y ESTUDIO EN CASA


Propongo (sé que es difícil, pero al menos poner mi granito de arena) diez puntos a considerar desde sobre el estudio y la tarea diaria. A muchas familias les genera un verdadero problema el enfoque de la tarea y el estudio con sus hijos. Espero con este artículo poder ayudar, en mayor o menor medida, a resolver algunas situaciones desde el punto de vista de madres y padres.
 
1. TENER CLARO EL SENTIDO DE LA TAREA/ESTUDIO EN CASA
 
La tarea en casa no debe ser enfocada como una tensión diaria, como un “llevarlo hecho bien al cole porque si no el maestro riñe”. Debe enfocarse como un elemento importante para el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad en el niño, y por ello el traerlo bien “a toda costa” no supone más que un obstáculo a su desarrollo. Lo importante es traer al cole la tarea trabajada y repasar lo dado ese día (haya mandado algo el maestro o no).
 
 

2. LOS TIEMPOS Y LA ORGANIZACIÓN

Estimular la autonomía es dejar que planifiquen y comprueben por sí mismos sus decisiones y permitirles que cuente sus experiencias cuando deseen (no atosigarle a demasiadas preguntas). Es importante consolidar el hábito de realizar repaso y estudio diariamente. El día que lleve menos del colegio, debe dedicar tiempo a repasos, prácticas…etc. Siempre respetando los horarios establecidos según planificación diaria. Se les ayudará a planificar el tiempo y organizarse las diferentes actividades de las tardes.

Lo primero antes de ponerse a trabajar sería mirar la agenda (para ver qué hay que hacer) y el horario (para ver qué “toca” al día siguiente”; el segundo paso, realizar la tarea y estudio teniendo cuenta todo lo que aquí se propone; como tercer paso, el ir tachando o señalando lo que se va haciendo para que al terminar comprobar que no hay nada que se haya quedado atrás (incluso anoto las dudas que habría que preguntar); y, por último, preparar el material para el día siguiente… ¡Y a jugar!

3. ESTUDIO TODOS LOS DÍAS
 
El aplicar las técnicas de estudio dadas en clase (esquemas, resúmenes, mapas, subrayados, exposiciones…) organizando lo que se ha dado y aquello que no se entienda (los maestros están para enseñar, no para ser “correctores”). Independientemente de lo que se haya mandado, todos los días hay que repasar lo dado en clase o afianzar puntos más débiles. Desde casa pueden hacer seguimiento de este punto.

4. ANOTAR DUDAS

No pasa nada si una actividad no se trae hecha (pero sí trabajada) porque no se entienda. Es más, sería lo normal. Un alumno con adecuado desarrollo de la autonomía debe preguntar en clase y darse cuenta que no hay una valoración negativa por ello, sino todo lo contrario, se toma como un aspecto positivo: es capaz de preguntar dudas.

El maestro, como se ha dicho, no es un mero corrector; sino que su papel es de orientador, comunicador y facilitador de aprendizajes e integrador de tareas. Comunica al alumno en que falla y cuáles son sus puntos fuertes.



5. EL SENTIDO DE LA AYUDA

Es bueno que el niño se enfrente poco a poco a nuevos retos. Otro aspecto para estimular su autonomía es dejarle hacer las cosas sólo, pero dándole mensajes que lo guíen (“pistas” para que lo consiga). Ser autónomo significa dejar de depender de los padres y buscar otras estrategias para resolver los problemas. Por eso, cuando ante preguntas de los niños se les remite a que busquen la información en una enciclopedia, en Internet, en el colegio o en la biblioteca municipal, le estamos enseñando a buscar recursos por ellos mismos

En cuanto a la ayuda que se le presta, no hay que olvidar que los padres no han de ejercer de profesores sino de padres. Su función sería ayudarles a organizarse, controlar el ambiente, animarles, ayudarles en algún momento más difícil y hacerles ver que si no son capaces de hacer algo pueden recurrir a la ayuda del profesor al día siguiente.

No es conveniente darle la solución a las preguntas o problemas planteados; es mejor proponerle preguntas y/o pistas que le acerquen a la respuesta correcta, pero debe ser él el que llegue a la solución. En ocasiones, se le puede ayudar algo al inicio de la actividad para dejar que él continúe solo. Podemos estimular su razonamiento si le devolvemos la pregunta: "Papa, mamá… ¿Por qué pasa esto?". Puede que nos resulte fácil responder, pero podría estimular más al niño responderle: " Buena pregunta, y tu ¿por qué crees que pasa?". Se le hace pensar y no hay una respuesta inmediata.

6. SIN CONFLICTOS

Es una parte complicada para aquellos más reacios y por supuesto para los padres y las madres, pero ante todo hay que intentar que no sea una situación que provoque emociones negativas y conflictos en la relación padres-hijos. Esto se consigue poco a poco mediante refuerzos positivos y otras medidas de consolidación rutinaria de las que pueden ser asesorados los padres en el colegio. Son medidas y actuaciones que dan su fruto poco a poco aunque siempre teniéndose en cuenta que el siguiente punto, cada niño es diferente.

7. CADA NIÑO ES DIFERENTE

La capacidad y actitud de cada niño va a condicionar el tiempo dedicado a la tarea., así como el esfuerzo que le suponga al niño. En general, a los niños que presentan dificultades se les debería facilitar más la tarea. Hay que evitar que tengan "más de lo mismo" al llegar a casa. Hay que procurar que una actividad complicada se enfoque como consecución de pequeños logros.

Niños con dificultades de atención pueden necesitar periodos breves de descanso y/o juego después de acabar una actividad y antes de iniciar la siguiente. Marcar con el niño el tiempo máximo que puede estar estudiando. Si un día se resiste a hacer algo, lo mejor es no entrar en un tira y afloja. El próximo día tendrá que hacerlo y en el colegio tendrá sus consecuencias (trabajo conjunto con maestro).

Ojo a mensajes negativos que desde casa se suelen mandar y de los que los niños son conscientes: “Al chico le cuesta más trabajo que al mayor que con sólo leerlo ya se lo sabía”, “Es que a él le cuesta esto muchísimo”, “Él no sirve para estudiar”, “El colegio es que no le gusta”...
 
 

8. ESTUDIAR NO ES SÓLO MEMORIZAR
 
Estudiar no es memorizar sin saber qué se dice. A veces, el niño “estudia” con el padre/madre y le repite lo que pone el libro. Se le interpreta como bien hecho pero realmente “ha repetido” lo que pone el libro, pero no es seguro que lo haya asimilado, lo haya comprendido y sea capaz de aplicarlo en diferentes actividades o decirlo con sus palabras (recordamos el artículo: "Mamá, Papá ¡Pregúntame a ver si me lo sé!"). El niño debe tener la conciencia de que se estudia para aprender y no para aprobar.

La preocupación no debe ser el que se sepan sólo los contenidos sino los aprendizajes que los alumnos deben adquirir. Los alumnos deben ser productivos y no meros repetidores de textos.



9. CONEXIÓN CON EL COLEGIO
 
Es importante que haya una total comunicación con el colegio. Tanto unos como otros deben tener una información recíproca sobre el alumno para ir coordinando actuaciones y adaptando diferentes líneas de trabajo a la realidad concreta de cada uno.

No creo que sea conveniente que el docente le anote al alumno lo que tiene que hacer cada día por aquello de “es que si no, él no lo anota y no lo hace”. Educar en este sentido es más factible que acomodarlo a otra medida. El programarse y acostumbrarse a organizar su agenda es tan importante, o más, que el hacer la tarea diaria.

10. EL OCIO ES NECESARIO
 
El tiempo de juego es necesario, forma parte de la planificación de las tareas de cada día y en un niño es fundamental. Escuelas deportivas, visitas a parques o zonas de juegos, ocio en casa, tiempo libre… etc. es un tiempo tan necesario como el realizar tareas; cada cosa a su tiempo y debidamente planificada son elementos para una óptima formación integral.