Enseñar es una tarea compleja.
Pero siendo esto complicado, lo más difícil es que un niño aprenda. Ya en un
artículo de este blog se trató la motivación en el aprendizaje, en el que se
hablaba de la teoría de Joan Vaello sobre el “maestro 1,2,3” y el “maestro
YEMA”. El primero impartía temas sin más (el uno, el dos, el tres…); y el
segundo se preparaba en lo personal para estar actualizado (Yo), adaptaba la enseñanza (Enseño), tenía un adecuado conocimiento
de la materia y sabía transmitirla (Materia)
y se adaptaba a las circunstancias o características de cada alumno (Alumno).
Viene todo esto a diferenciar, de
manera general, los conceptos de enseñar y aprender (tratado de la visión del maestro). Con ello justificar lo que
quiero exponer en este artículo.
Se publicita mucho aquello de “Te
enseñamos a aprobar”. Justificado, siempre desde mi punto de vista, para casos
de oposiciones, de recuperaciones límite, del carnet de conducir (aunque creo
que tampoco sería muy correcto por mucho que así esté instaurado)..etc. Lo que
ya discrepo es el enfoque desde la Educación Primaria o Secundaria. Enseñar a
aprobar implica el “estudiar por si acaso”, el estudiar todo para poder
responder me pregunten lo que me pregunten; el trabajar "trucos" para aprobar pero sin prácticamente saber para qué se utilizará luego lo respondido. En este caso el objetivo sería
aprobar, no aprender.
Un alumno va al colegio para
aprender, lo de aprobar sería “consecuencia de”. Ese aprendizaje sería base
para otros posteriores. Por ello, un maestro enseña a sus alumnos para que
aprendan, no para que aprueben. “Enseñar a aprender” implica una enseñanza
basada en estrategias que no tengan sólo en cuenta los contenidos impartidos
sino el cómo acceder a ellos, cómo organizarlos, cómo exponerlos, cómo
razonarlos… algo extrapolable a cualquier materia que se le enseñe,
posibilitando un aprendizaje autónomo como parte de su formación.
Pues todo esto es lo complicado,
ya que el trabajo en clase debería implicar (en todas las áreas y de manera
coordinada):
Que el alumno sea consciente de lo que sabe y que este sea el punto de partida para otros aprendizajes
Enseñar a organizar y planificar los tiempos y materiales
Enseñar a seleccionar la información relevante y saberla utilizar
Además de estos tres puntos, un
cuarto no menos importante que se relaciona con el “enseñar a estudiar”:
Con ello se concluye que “enseñar
a estudiar” sería un componente del “enseñar a aprender”, siempre como medio y
no como fin en sí mismo; y que enseñar no es sólo impartir contenidos. Además, ya desde el punto de vista del alumno, se desarrollar la capacidad de "aprender a aprender".
"Enseñar no es transferir conocimientos sino crear las posibilidades para su construcción o su producción" Paulo Freire
Grande Antonio. Con profesores y personas como tu se ve algo de luz al final del tunel de esta crisis de conocimiento que tenemos, que para mi es la madre de todas las crisis.
ResponderEliminarEs digno de admiración la labor de un profesional de la ENSEÑANZA, Gracias a todos vosotros, porque nuestros hijos están en buenas manos.
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