Esta publicación la dedico a orientar sobre lo que llamamos “los deberes” en casa. La tarea en casa no debe ser enfocada como una tensión diaria, como un “llevarlo hecho bien al cole porque si no el maestro riñe”. Debe enfocarse como un elemento importante para el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad en el niño, y por ello el traerlo bien “a toda costa” no supone más que un obstáculo a su desarrollo. Yo les digo a mis alumnos (y a sus padres) que lo importante es traer al cole la tarea trabajada y repasar lo dado ese día; entendiendo esto como:
a) El dedicar el tiempo oportuno
b) El aplicar las técnicas de estudio dadas en clase (esquemas, resúmenes, mapas, subrayados…) y anotar dudas dudas para preguntarlas en clase (los maestros estamos para enseñar, no para ser “correctores”)
b) El aplicar las técnicas de estudio dadas en clase (esquemas, resúmenes, mapas, subrayados…) y anotar dudas dudas para preguntarlas en clase (los maestros estamos para enseñar, no para ser “correctores”)
De esto deriva que la tarea en casa no es sólo hacer los deberes que ha mandado el maestro, sino estudiar (habiéndose dado en clase unas adecuadas técnicas de estudio). Muchas veces hemos escuchado a padres decir que su hijo ya ha terminado porque tenía pocos deberes; algo que considero inapropiado, pues independientemente de lo que se haya mandado, todos los días hay que repasar lo dado en clase o afianzar puntos más débiles. Esto se consigue dando todos los días orientaciones en clase, ofreciendo unas adecuadas estrategias para aprender a aprender, favoreciendo una óptima dinámica de preguntas…etc.
No pasa nada si una actividad no se trae hecha (pero sí trabajada) porque no se entienda. Es más, sería lo normal. Un alumno con adecuado desarrollo de la autonomía debe preguntar en clase y darse cuenta que no hay una valoración negativa por ello, sino todo lo contrario, se toma como un aspecto positivo: es capaz de preguntar dudas.
Para que lo anterior tenga efecto, cada uno debemos cumplir nuestro rol:
a) Transmitir la idea de “estudiar porque lo necesito y lo voy a necesitar” (no “estudiar por si acaso”)
b) El papel del profesor es de facilitador de aprendizajes e integrar tareas
c) Facilitar herramientas al alumno para que también aprendan por ellos mismos
d) La mayor preocupación no son los contenidos, sino los aprendizajes que los alumnos deben adquirir
e) Correcciones no son indicadores de errores, hay que orientar e informar
f) Cada niño debe saber en qué falla y en qué no
g) Los alumnos deben ser alumno reproductivo y no meros repetidores de textos.
h) Enseñarle a razonar, no a aprenderse de memoria el “cuadrito amarillo” del libro (que es el que repiten a los padres en casa y parece que se lo saben).
Los padres (cómo debe ser la ayuda en casa)
a) Podemos estimular su razonamiento si le devolvemos la pregunta: "Papa, mamá… ¿Por qué pasa esto?". Puede que nos resulte fácil responder, pero podría estimular más al niño responderle: " Buena pregunta, y tu ¿por qué crees que pasa?". Se le hace pensar y no hay una respuesta inmediata.
b) Es bueno que el niño se enfrente poco a poco a nuevos retos. Estimular su autonomía es dejarle hacer las cosas sólo, pero dándole mensajes que lo guíen (“pistas” para que lo consiga)
c) Ser autónomo significa dejar de depender de los padres y buscar otras estrategias para resolver los problemas. Por eso, cuando ante preguntas de los niños se les remite a que busquen la información en una enciclopedia, en Internet, en el colegio o en la biblioteca municipal, le estamos enseñando a buscar recursos por ellos mismos
d) Estimular la autonomía es dejar que planifiquen y comprueben por sí mismos sus decisiones y permitirles que cuente sus experiencias cuando deseen (no atosigarle a demasiadas preguntas).
En nuestro Plan de Acción y Orientación tutorial, marcamos las líneas para que el repaso y estudio diario en casa no sea una situación que provoque emociones negativas y conflictos en la relación padres-hijos.
Es importante consolidar el hábito de realizar repaso y estudio diariamente. El día que lleve menos del colegio, debe dedicar tiempo a repasos, prácticas…etc. Siempre respetando los horarios establecidos según planificación diaria. Se les ayudará a planificar el tiempo y organizarse las diferentes actividades de las tardes.
La capacidad y actitud de cada niño va a condicionar el tiempo dedicado a la tarea., así como el esfuerzo que le suponga al niño. En general, a los niños que presentan dificultades se les debería facilitar más la tarea. Hay que evitar que tengan "más de lo mismo" al llegar a casa. Hay que procurar que una actividad complicada se enfoque como consecución de pequeños logros.
Niños con dificultades de atención pueden necesitar periodos breves de descanso y/o juego después de acabar una actividad y antes de iniciar la siguiente. Marcar con el niño el tiempo máximo que puede estar estudiando. Si un día se resiste a hacer algo, lo mejor es no entrar en un tira y afloja. El próximo día tendrá que hacerlo y en el colegio tendrá sus consecuencias (trabajo conjunto con maestro).
Sería preferible que fueran los dos padres los que se interesaran y/o apoyaran al niño; así aumentará la motivación de éste.
En cuanto a la ayuda que se le presta, no hay que olvidar que los padres no han de ejercer de profesores sino de padres. Su función sería ayudarles a organizarse, controlar el ambiente, animarles, ayudarles en algún momento más difícil y hacerles ver que si no son capaces de hacer algo pueden recurrir a la ayuda del profesor al día siguiente.
No es conveniente darle la solución a las preguntas o problemas planteados; es mejor proponerle preguntas y/o pistas que le acerquen a la respuesta correcta, pero debe ser él el que llegue a la solución. En ocasiones, se le puede ayudar algo al inicio de la actividad para dejar que él continúe sólo
Estudiar no es memorizar sin saber qué se dice. A veces, el niño “estudia” con el padre/madre y le repite lo que pone el libro. Se le interpreta como bien hecho pero realmente “ha repetido” lo que pone el libro, pero no es seguro que lo haya asimilado, lo haya comprendido y sea capaz de aplicarlo en diferentes actividades o decirlo con sus palabras.
Ante todo es importante estudiar todos los días o repasar lo dado en clase para asimilarlo de forma significativa (sabiendo qué se dice). El niño debe tener la conciencia de que se estudia para aprender y no para aprobar.
(Nota: escribo “niño”, “alumno”… porque a día de hoy es considerado por la RAE como genérico para masculino y femenino. Creo que no es necesario decir en dos palabras lo que se puede decir en una. Si “niña”, “alumna”…etc. fuera genérico, lo utilizaría sin duda, no es cuestión discriminación lingüística).
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