domingo, 7 de febrero de 2010

Aprender a aprender

Aprender a aprender, una competencia que puede y tiene más importancia de la que se le pueda otorgar. Quizás porque no se le puede relacionar con un área, con un desarrollo curricular, con algo materialmente tangible… Para mí es esencial el tratamiento de esta competencia para crear en el alumnado una base, unas herramientas, un enfoque de su aprendizaje que le pueda permitir acceder a otros muchos de manera autónoma, sin la excesiva dependencia de padres, madres, hermanos mayores… que muchas veces, más que ayudar, te dirigen de tal forma que lo importante pasa a ser “que lo lleves hecho al cole” más que si verdaderamente lo ha aprendido.

“Aprender a aprender” ha sido objeto de numerosas definiciones antes de tratarse como competencia, pero todas giran en torno a saber utilizar mecanismos o herramientas para entender, analizar, resolver y conectar los nuevos aprendizajes con los ya adquiridos, siempre persiguiendo un aprendizaje significativo.

Aprender a aprender no se centra sólo en niños en edad escolar, sino que abarcar todas las edades posibles. Centrándonos en el alumnado de Primaria, se pueden diseñar unas líneas de actuación para desarrollar y evaluar esta competencia en dicho alumnado. Lo que expongo a continuación es algo tan simple y lógico en su planteamiento como difícil en la obtención de resultados si no se trabaja diariamente; algo que siempre he utilizado con mis alumnos hasta sexto y que desde este curso lo estamos trabajando con un tercero.
En primer lugar plantear qué vamos a tener en cuenta, qué líneas de actuación se va a seguir con los niños y niñas (y con sus padres en casa) además de cómo se va a evaluar. Para ello establecemos tres núcleos de referencia:
  1. Conciencia de lo que sabe
  2. Aprendizaje autónomo
  3. Utilización de estrategias de aprendizaje
A partir de estos tres núcleos establecemos los tres indicadores de evaluación:
  1. El alumno/a dispone de habilidades y las utiliza para aprender de forma eficaz
  2. El alumno/a es consciente de lo que sabe para aprovecharlo como punto de partida y para aplicarlo a todas las áreas.
  3. El alumno/a hace uso de las estrategias que se le proponen y se organiza y planifica así como es capaz de seleccionar información, organiza materiales y tiempos de forma efectiva.
Estos indicadores, diseñados por el centro y evaluados por todo el equipo docente, deben partir de las actuaciones del maestro con el alumnado, lo más complicado al desarrollar esta y otras competencias. Al alumnado le debemos ir inculcando la idea, poco a poco, que debe atender a la explicación y que debe preguntar las dudas (un alumno que pregunta, ya está utilizando una estrategia para aprender). Igualmente, cuando hace las actividades debe pensar si “¿Sería yo capaz de explicar esto que estoy haciendo?” (Si puede es que lo tiene claro, si no, hay algo que debe preguntar), “¿En casa pido ayuda de lo que no sé?” (En caso de recibir ayuda, ¿Es la ayuda una guía o casi le dan la solución?), “¿Tiene sentido esto que estoy respondiendo en un problema?” (Puede que un niño/a no sepa hacer un problema, pero sí debe darse cuenta si ha puesto una barbaridad, algo sin sentido). Importante también es que el niño/a se vaya dando cuenta de las dudas que tiene y sea capaz, por sí solo, anotarlas para preguntar en clase. Difícil todo esto, sí, pero en todos los cursos me doy cuenta de que poco a poco se va consiguiendo en mayor menos medida en cada uno de los alumnos y alumnas.
Dicho lo anterior, se pueden establecer siete puntos que el niño/a “no debe olvidar” (casi diariamente se lo debemos recordar como algo rutinario):
  1. La ayuda nunca es decir la solución sino guiarte para encontrarla
  2. Acostúmbrate a responder con tus palabras (no exactamente como lo ha dicho el maestro o el libro). Puede ser que te aprendas algo de memoria y ni siquiera lo entiendas.
  3. Al colegio se viene a aprender. Un niño/a aprende si sabe para qué sirve lo que se está dando en clase. Si esto no ocurre ¡Pregunta!
  4. Para resolver problemas hay que repasar una y otra vez y preguntarme: “¿Tiene sentido?”, ¿He repasado el enunciado?”, “¿Me he apoyado en dibujitos?”. Estudiar matemáticas no es mirar un libro o cuaderno, es hacer, resolver, practicar…
  5. Utiliza la agenda de clase para ordenar las tareas del colegio y cualquier otra que tengas que hacer. Tacha lo que vayas haciendo y repásala antes de hacer tarea y al final.
  6. Juega con la lectura. Lee en casa en voz alta practicando con diferentes entonaciones, inventándote personajes nuevos, finales distintos…
  7. Cada vez que escribas, mira y piensa: “¿Está ordenado”?, “¿Dice lo que yo quiero decir?”,…no escribas por escribir, sin sentido. Te ayudará siempre a tener claras tus ideas.

El punto uno para mí es importante que lo tengan claro en casa. Existe la opinión muchas veces de que hay que llevar las cosas hechas que si no el maestro te riñe. Yo pienso que hay que traer a clase las tareas y actividades trabajadas, no necesariamente hechas. Una actividad trabajada es aquella en la que el alumno ha intentado hacerla pero no consigue encontrar el modo, hay dudas, la solución no tiene sentido…pues bien, que lo tenga en cuenta para preguntar en clase o que en casa le ayuden en el razonamiento, le guíen sobre dónde puede encontrar más ayuda… así le vamos enseñando a resolver sus problemas y no esperar una solución inmediata. El padre y la madre te dice: “Es que él solo no hace nada, te va a engañar y te dirá que está trabajada pero ni siquiera la ha mirado”; un maestro sabe perfectamente la diferencia entre una actividad no trabajada, aquella trabajada pero en la que hay dudas (ahí se producirá aprendizaje) y aquella hecha con soluciones dichas desde casa (ahí, seguro, no habrá aprendizaje y además el alumno se acomodará a esta situación).
Entre todos debemos crear conciencia de que al colegio se va aprender, no simplemente a aprobar. El objetivo es evaluar indicando qué se debe mejorar y cómo, las herramientas para ello son varias y diversas (no sólo un control aislado), pero esto ya sería otro tema a tratar.
Para terminar: puede que muchos penséis que lo aquí expuesto no es “aprender a aprender”, pero no creo que nadie niegue que sí puede ser útil para desarrollar el aprendizaje.

1 comentario:

  1. Estimado Antonio, en primer lugar darte mis más sincera enhora buena por tu blog, siempre he tenido una especial admiración por las personas que generosamente ofrecen sus ideas, conocimientos y experiencias. En segundo lugar, decirte que estoy de acuerdo con la importancia de la competencia "aprender a aprender" es la que sostiene y propicia el proceso formativo a lo largo de la vida. Me parece muy interesante la labor que has hecho de concreción determinado criterios e indicadores, desde mi punto de vista muy ajustados. Un saludo

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