domingo, 22 de marzo de 2020

EN ESTOS DÍAS...

En estos días, que todos deseamos que acaben pronto, quizás podamos ver con más claridad qué es lo necesario en educación para conseguir una formación integral del alumnado. Es una opinión personal en estos días en los que se reflexiona sobre lo que sucede, cómo se concibe la educación, lo que hemos estado haciendo o lo que hacemos. Estos puntos que a continuación desarrollo forman parte de aquello que no se conoce del día a día de la educación en el aula, a veces solo sale un libro, unos ejercicios (que no actividades o tareas) y una nota a final de trimestre, pero la educación va mucho más allá:


  • El crear alumnado competente que combine actitud (como la responsabilidad, esfuerzo, curiosidad participación…), capacidad (como autonomía, cooperación, reflexión, organización, resiliencia, planificación…) y conocimientos (para qué sirve, cómo funciona, por qué sucede, cómo se resuelve…). Todo ello por encima de cualquier “asignaturismo”.
  • La concepción del conocimiento como algo significativo, que se conecten entre ellos para ser utilizados en otros contextos. Es la memoria flexible, la de trabajo… no la cerrada o repetitiva para contestar un ejercicio.
  • La importancia de conocer las tecnologías del aprendizaje y conocimiento como medio para eso: aprender y conocer. Lograr una adecuada competencia digital por parte de alumnado y docentes, superando la brecha digital que pueda haber en muchas familias y dotando a los centros educativos de recursos.
  • El valor de la educación física, lo artístico y lo afectivo dentro de una formación integral que se complemente con lo cognitivo. Hay que hacer actividad física educando en ella y como rutina o disfrutar de la música, área que desarrolla muchas capacidades y su sentido va más allá que el fin en sí misma. Áreas que se conciben como "menores" y ahora nos damos cuenta lo necesarias que son para nuestra rutina diaria.
  • Lo necesario de formar personas críticas, con responsabilidad, autonomía, capacidad de razonamiento y dominio de destrezas lingüísticas (especialmente la comprensión lectora y la expresión oral o escrita). Es la base para cualquier aprendizaje.
  • El Aprender va más allá que el escuchar una explicación, hacer ejercicios y que te examinen. Un buen docente no es alguien que manda muchos ejercicios o deberes. Cantidad no es calidad
  • La metodología es un factor esencial, no es sólo explicar. Tenemos que hacer que aprendan. Como docentes debemos adaptarnos al contexto, el modo de aprender del alumnado es lo que condiciona la manera de enseñar.
  • Evaluar no es solo poner una nota, se necesita guiar en el qué y cómo mejorar. 
  • El trabajo en equipo de los docentes es fundamental. La coordinación y establecimiento de una línea común, compartida por todos, facilita el desarrollo del alumnado.
  • Las familias son un pilar básico y hay que adaptarse a la situación particular de cada una por el bien de cada niño/a.
  • Los niños y niñas tienen que jugar, forma parte de su aprendizaje
  • La sociedad (con sus progresos, sus comportamientos, su colaboración, su empatía, su convivencia…) las formamos todos y se aprende también desde el aula, ahí está el futuro. No sólo es "Preparar para el futuro" sino, como decimos en el cole "Queremos construir el futuro". 
  • Aunque la telemática o a distancia ayuda, este tipo de enseñanza nunca será igual a la presencial. El contacto con el alumnado es esencial por todo lo citado hasta ahora. Y además, porque echamos de menos el contacto con nuestros niños y niñas en el aula.



Deseo lo mejor a todas la personas que estén leyendo mi modesta reflexión en este momento. Seguro que en un tiempo volveremos a leerlo echando la vista y pensando que hemos superado unos días difíciles. Mientras tanto, como dice la canción, "Facciamo finta che tutto va ben"








sábado, 7 de marzo de 2020

SOBRE BULOS Y MENTIRAS

Actualmente proliferan noticias falsas o bulos a través de redes sociales, whatsapp o en simples conversaciones con amigos, conocidos o familiares. Cada vez que me llega algo así, además de confimar lo necesario que es formar personas críticas y con capacidad de razonamiento, recuerdo cuando leí sobre la Ley Brandolini. Realmente no es una ley en sí misma sino un principio que, desafortunadamente, estamos viviendo continuamente. 

Alberto Brandolini, informático italiano, tutiteó en 2011:

"La cantidad de energía que se necesita para refutar o corregir una mentira o bulo, es de magnitud superior a la que se necesita para producir esa mentira o bulo"

Es decir, refutar mentiras es mucho más difícil que crearlas. De ello se sirven los que quieren tener poder, influir en grupos o buscar algún beneficio personal. ¿Por qué se transmiten bulos y mentiras?

  • Intencionalmente para potenciar el ego (el que maneja la información, tiene el poder)
  • Por desconocimiento. Se ignora la realidad completa, sólo se conoce una parte dándose por cierto el todo. Suele responder también al "me han dicho que..." y genera miedo o temor.
  • Porque "me ha pasado a mí" y se transfiere a una generalidad dando por hecho que eso pasa.



En los tres casos se difunde sin crítica, sin acudir a la fuente o dejándose llevar por aquellos que dicen que sí han acudido a una "supuesta" fuente (por lo que se aprovechan del desconocimiento del grupo).

La mayoría de las veces, lo relevante no es la mentira en sí sino la intencionalidad del que miente. Una intencionalidad basada en el desprestigio al prójimo, en el ansia de poder por encima de todo.

Pero, ¿Y si hablamos de opiniones? ¿No son respetables? Pues hay opiniones que se basan en mentiras, sin argumentos contrastados, sin base científica, legal o estadística. Estas opiniones inician enfrentamientos y atentan contra las libertades o el rigor de las actuaciones. Y esas opiniones no son respetables, son afirmaciones gratuitas.



Algo que hay que tener siempre presente, evitemos ser engañados por nuestra propia ignorancia, porque de ella se servirán los que quieren influir en nuestras opiniones. Podríamos seguir los siguientes pasos para no caer en bulos o mentiras:

  • ¿Quién comenta o publica? ¿Te informa de fuentes fiables? Y si te cita fuentes ¿Las has contrastado?
  • ¿Son titulares "fáciles"? ¿Has acudido a un estudio o texto completo?
  • Hay cadenas en de mensajes en grupos de whatsapp o redes sociales que no debes dar por cierto si no te has asegurado con los puntos anteriores




Y a los que sufren bulos o mentiras, decirles que, como dijo Cervantes, "Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades". Por eso, cuando la mentira te pille de cerca, lo mejor es no gastar energía en desmentirla y así se evita el provocar enfrentamientos, además de utilizarla en otras vías más productivas: el seguir hacia adelante con educación en una mejora continua.